Hay antropólogos que consideran la hipocresía como el valor fundamental de la civilización, pues, si no existiera, viviríamos matándonos; pero gracias a ella nos aguantamos. Hay que ver, por ejemplo, cómo nos toleramos en escenarios como el Congreso o la Constituyente, cuando nos morimos de ganas de matar antes que esclavos vivir.
Los antropólogos hablan de la "inteligencia maquiavélica", ésa que nos permite decir cosas lindas cuando, en el fondo, estamos echando pestes; ésa que nos inspira la mejor de las sonrisas cuando nos estamos muriendo de la bronca.
La vida en sociedad te obliga a adoptar poses. A la menor provocación, aparece el enano fanfarrón que todos llevamos dentro. Lo primero que le refregamos al prójimo en sus narices es nuestros principios. Ah, no, frente a él somos un dechado de virtudes, somos rectos y nobles como un eucalipto e inflexibles como una riel del tren. De nosotros, nadie se burla. No ha nacido el que nos ponga la mano encima. Somos capaces de parar al jefe y decírselo todo en su cara. Todo nos pueden tocar, menos el honor. Somos potentes como el toro, veloces como el gallo y efectivos como el conejo. Anotamos las dormidas que hacemos en cada tugurio que visitamos. No necesitamos viagra. No hay quién nos gane ni ñata que se resista. Al pan pan y al vino vino. No ha nacido el que nos ponga la mano encima ni hay quien nos aguante un sopapo.
Había en la célebre revista Rico Tipo un personaje inolvidable: "El otro yo del Dr. Merengue": un fantasma que decía lo que realmente pensaba el Dr. Merengue, ese ínclito hipócrita.
Veamos algunos casos inspirados en Podeti, mi bloggero favorito.
1) Patria o muerte, venceremos. En realidad quiso decir: "Patria…o heridas leves, venceremos".
2) Hasta las últimas consecuencias. En realidad: "Hasta por ahí nomás".
3) Morir antes que esclavos vivir. En realidad: "Y, si no me joden mucho, no importa".
4) A mí me la hacen una sola vez. En realidad: "Bueno, ya, el que no es cuerudo que lance la primera piedra".
5) Lo puse en su lugar. En realidad: "Tome asiento aquí, jefecito".
6) Yo le casco dos o tres cervecitas, y pare de contar. En realidad: "Bueno, si alguien ofrece un singanito, ¿quién se puede resistir".
7) Por ella doy mi vida, también mi corazón. En realidad: "Siempre que no duela ni cueste".
8) Una sola vez se capa al toro. En realidad: "Pero siempre hay otras de repuesto".
9) Todo o nada. En realidad: "Algo es algo".
10) Han mancillado mi honor. En realidad: "Pero qué importa".
11) Hasta que la muerte nos separe. En realidad: "En las primeras de cambio".
12) Nunca más. En realidad: "Depende".
13) A la hora en punto. En realidad: "Con tolerancia de 20 minutos".
14) Tres al hilo y sin sacarla. En realidad: "Nunca me había pasado esto".
15) Conmigo, no hay tu tía. En realidad: "Salvo que sea el jefe".
16) No me grite, no soy sordo. En realidad: "Grite nomás, jefecito".
miércoles, 23 de septiembre de 2009
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