Muchos amigos inspeccionan los ojos de este servidor que se comerá la tierra tratando de adivinar cuál de ellos es de vidrio. En realidad el origen es muy sencillo: yo escribía una columna ilustrada con una fotografía. El ojo de vidrio era el lente de la máquina, pero también el cristal con que se mira, el punto de vista personal. Un docente de psicología hizo una especie de psicoanálisis de aquella columna, y dijo que el autor era un voyeur, un fisgón que atisba la realidad por el ojo de la cerradura e invita a los lectores a que hagan lo mismo; invitación que, en la vida real, a la hora de espiar, pocos resisten. En suma, el objetivo era prestar atención al prójimo, tener la piedad de verlo y escucharlo, prestarle el espacio de una columna para fijarlo con pelos y señales.
Eliseo Diego, que escribió una obra de una profundidad poética como pocas en lengua castellana, dice que la poesía "es el acto de atender en toda su pureza". Este acto de prestar atención nos lleva a los confines de la realidad, en los cuales uno no necesita inventar las situaciones más inverosímiles, porque éstas se dan solas en la vida real. Dice Eliseo Diego: "Lo que al principio parece una invención fantástica hallamos luego que procede en realidad de una mirada increíblemente intensa."
Escribir es "atender, mirar con atención, traducir el asombro frente al mundo que cualquiera siente en una forma hecha con palabras."
Veamos la cita completa de Eliseo Diego: "Lo que al principio parece una invención fantástica hallamos luego que procede en realidad de una mirada increíblemente intensa. [...] Pues semejante capacidad de mirar ?de un mirar absoluto, suspensas las otras potencias del alma en un acto de suprema atención?, es en sí misma el don de ese conocimiento oscuro pero inmediato de las cosas que algunos llamamos poesía ?"Secretos del mirar atento".
El secreto de una columna bien lograda reside, como dice el escritor mexicano Felipe Garrido, "en la simplicidad de una manera de ver que abarca la cosa, criatura, acto o experiencia en su integridad ?incluyendo en ésta la complejísima red de sus relaciones con cuanto esté en torno."
Como el arte, la observación periodística de la realidad es también un acto de cortesía. Veamos lo que dice Fina García Marruz acerca de la obra de Eliseo Diego:
"Por cortesía se dibuja bien cada letra y se manda a poner un grabado en la página para que esté más a gusto el paciente lector. Por cortesía se alaban por igual los oficios humildes y los trajes espléndidos. Por cortesía se saluda al huracán y a la calma y se nombran las cosas tan despacio. El arte, decía Martí, es una forma del respeto, que quizás es lo mismo que quiso decir Lezama cuando escribió que la poesía no era más que la figuración musical de la bondad."
El acto de atender, de mirar con atención, es también un gesto de cortesía. Muchos semejantes no nos piden nada material, únicamente que los escuchemos; tanto más si somos periodistas. "atender, mirar con atención", como dice Eliseo Diego; traducir el asombro frente al mundo que cualquiera siente en una forma hecha con palabras, es una forma muy estimable de la cortesía.
miércoles, 23 de septiembre de 2009
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