miércoles, 23 de septiembre de 2009

Metáforas moribundas

No hay peor defecto al escribir que tratar de hacer literatura adrede. Nadie está exento de ello, como me ocurrió al tratar de cerrar un capítulo con esta frase tan cursi: “Y entonces la suerte estaba echada y sólo quedaba entonar un himno de lágrimas”. ¡Ya pues! ¡Por favor!
Un crítico llama a estos excesos metáforas moribundas, y coincide con viejos exégetas de lugares comunes, como León Bloy o Gustave Flaubert; lugares comunes más trajinados que pasillo de estación como los siguientes. ¿Por qué al hablar de una decisión firme la calificamos como “férrea determinación”? ¿Por qué designamos la muerte con la
metáfora desgastada de "doblar las campanas”? ¿Por qué la ira o la represión se designa con la expresión "blandir el garrote"? ¿Por qué para la reserva o el rechazo decimos "mantener a raya"? ¿Cuántos años más vamos a repetir la expresión "pisotear los derechos ajenos"? ¿Cuántas décadas más vamos a "marchar hombro a hombro" o “poner
nuestro granito de arena”? ¿Insistiremos todavía en “echar leña al fuego” o “llevar agua a su molino” o “pescar en río revuelto”? ¿Por qué rematamos un juicio que promete con frases tan vacías como “deja mucho que desear”, "tan deseado", "no se puede dejar de tener en cuenta", "un desarrollo que se espera en el futuro cercano", "merecedor de seria consideración", "llevado a una conclusión satisfactoria"?
¿Por qué designamos los problemas actuales con la frase "al (o a la) orden del día"? ¿Por qué la debilidad oculta es nuestro " talón de Aquiles"? (Mi carnal Alfredo al menos decía “talón de Aiquile”). ¿Por qué la agonía de una persona o de un proceso se dice "canto del cisne"?
Un DJ de FM dijo alguna vez algo imperdonable: “Y ahora vamos a escuchar una canción de Ray Charles, el morochito que, vamos, dio mucho qué hablar”. Si lo encontraba, no lo mataba, lo torturaba primero.

¿Por qué los locutores dicen “hacer caso omiso”? ¿Por qué en lugar de la palabra lluvia, tan bonita, dicen precipitación pluvial? ¿Por qué dicen “dar pie a”, “surtir efecto”? ¿Por qué dicen trasero, palabra tan equívoca, en lugar de culo? (Una amiga me dice que el suyo no es ningún trasero, sino delantero y goleador). ¿Por qué en lugar de callar los locutores llenan los silencios con giros vacíos como “lo
que significa”?
Ay, las muletillas. Si uno las elimina, la frase no cambia sentido, pero ¡cómo se ven de elegantes! Giros como “ahora bien”, "con respecto a", "teniendo en consideración que", "el hecho de que", "a fuerza de", "en vista de", "en interés de", "de acuerdo con la hipótesis según la cual"?
Hay palabras que son como corbatas italianas, pues aparentemente aseguran la elegancia de la frase, como fenómeno, elemento, individuación, objetivo, categórico, efectivo, virtual, básico, primario, promover, constituir, exhibir, explotar, utilizar, eliminar, liquidar. Hay adjetivos que parecen tibís de oro, como epocal, épico,
histórico, inolvidable, inevitable, inexorable, verdadero. Y hay palabras augustas como espadas: dominio, trono, carroza, mano armada, tridente, espada, escudo, coraza, bota militar, clarín.
¡Usar expresiones en otros idiomas! ¡La solución! Frases como "cul de sac", "ancien régime", "deus ex machina", "mutatis mutandis", "statu quo", "Gleichschaltung", "Weltanschauung", last but not least, lo mismo que las abreviaturas "i. e.", et caetera, et al, Vid., suelen
dar un aire de erudición. Ni qué decir que los adverbios terminados en “mente”, que son sumamente útiles, mi querido pariente.

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